lunes, 11 de abril de 2011

demanda va, demanda viene

Primero, Fernando Martín por sorpresa convoca una Junta Extraordinaria aparentemente para nada. De hecho desde esta misma tribuna y con antelación denunciamos que esa Junta no era necesaria. Pero hubo una sorpresa. No estaba en el orden del día, pero a iniciativa de la propia presidencia se aprueba interponer una demanda contra Manuel Jove por un pretendido engaño en la valoración de los activos de Fadesa a finales de 2006.

No tengo todavía noticias de los detalles de esa Junta, pero es verdad que la Ley de Sociedades de Capital permite que una Junta adopte un acuerdo de entablar acción de responsabilidad contra los administradores aunque no figure en el orden del día. Pero que sean los propios administradores los que hagan uso de esta peculiaridad, lo de que no figure en el orden del día, es más bien forzar la cosa. Es más, se entiende que la acción se toma contra administradores de la propia sociedad, pero es que ¡Manuel Jove nunca fue administrador de Martinsa-Fadesa! Lo fue de Fadesa. Me temo que la demanda contra Manuel Jove no prosperará.

Segundo. Manuel Jove reacciona y presenta una demanda en un juzgado de Madrid contra Martín por incumplimiento de un contrato privado entre ellos, celebrado en 2007, cuando todavía Martinsa no había absorbido a Fadesa. Por lo que ahora sale a relucir, Martinsa tomó dinero de Fadesa para pagar los primeros intereses y amortizaciones del préstamos sindicado. Lo bueno es que Jove le pide a Martin que retire la demanada primera, pero a mí me parece que la demanda contra Jove formalmente la presenta la Junta de accionistas y solo esta es la que tiene poder para renunciar a ella. O sea, que Jove pide un imposible, al menos de momento.

Tercero. Manuel Jove plantea una segunda demanda, pero esta vez al corazón del proceso concursal, porque lo que solicita es que el Juzgado de A Coruña califique a Martín como responsable del desastre de Martinsa-Fadesa. Creo que no le falta razón, pero me temo que es también difícil que prospere.

La solución, cuestión de tiempo.

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